Autoridad es la capacidad de
influenciar al otro en una idea o conducta. Hay dos tipos de autoridad: por el
saber, que denominamos epistemológica o por el lugar que se ocupe de acuerdo a
la ley u organización, la deontológica. No necesariamente una involucra a la
otra; pueden estar separadas, no siempre el que más sabe es el que ocupa el
lugar de la autoridad. Otro es el gran problema del abuso de autoridad,
derivada de la confusión de los tipos mencionados, hay quienes piensan que con
un cargo en la esfera del poder saben más que los otros, de ahí surgen innumerosos cuestionamientos y errores en la
conducción de organizaciones e instituciones.
Lo interesante del caso es que las
dos clases de autoridad necesitan que las personas acepten esa autoridad, crean
y confíen.
El modelo de
autoridad por excelencia es la de la madre sobre su hijo. Como hecho y fenómeno
natural la autoridad nunca es universal, siempre es en un ámbito, en un sector
del tiempo y del espacio.
¿Quién
tiene más claro qué es la autoridad en el seno de la familia, los padres o los
hijos?, ¿qué es lo que está pasando en esa materia en la familia?
El chico tiene un
concepto nato del sentido de la autoridad y lo experimenta a través del
gobierno de la madre hasta la adolescencia, en ese momento pide un cambio, es
decir acercarse al padre y a menudo se encuentra con que el padre ha perdido
prestigio y por consiguiente la autoridad, el chico no cree ni confía.
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